¡Hola Tranceros! Bienvenidos a una reseña más, hoy voy a
hablarles de un libro cuyo tema principal es el suicidio, ¿Qué impulsa a una persona a terminar con su vida? ¿Qué
papel juega la sociedad en esta decisión? y aún más importante, ¿Qué tanto peso
tienen las pequeñas acciones en la moral de un ser humano? Todas esas preguntas
tienen una respuesta en este libro, hablemos de “Por Trece Razones” de Jay
Asher
La adolescencia es una etapa difícil, creo que todos vamos a
concordar en ello, algunos la superamos con éxito, otro quizás con no tanta
facilidad y para algunos más es la mejor etapa de su vida, es un momento en que
cambiamos de niños a un estado medio entre ser un pequeño y un adulto, que
comienzan a forjarse elementos como el carácter y la forma en que afrontamos
los problemas que la vida nos pone. Pero también es una época en que nos
enfrentamos a los despertares sexuales, al bullyng, sin contar las hormonas y
un montón de cosas más. Si a ello le sumamos que muchas veces hacemos actos
estúpidos que lastiman a otros y que no tomamos en cuenta la repercusión de
nuestras acciones tenemos una mezcla que define muy bien lo que encontraremos
en este libro. Por Trece Razones es la historia de Hannah, es la historia de cómo
una espiral de sucesos se encadenaron unos a otros y la llevaron a suicidarse,
de los culpables y los inocentes, de como una pequeña acción puede juntarse con
muchas otras y desencadenar una tragedia. Pero también es la historia de Clay,
un chico muy tímido que siempre estuvo enamorado de la joven Hannah pero que
nunca tuvo el valor de hablarle hasta una noche, en una fiesta… ¿Qué paso en
ese lugar? ¿Por qué Clay parece ser culpable del suicidio de Hannah? Un pequeño
detalle, cuando la mayoría de la gente se suicida suelen dejar notas
despidiéndose, dando una pequeña explicación o simplemente pidiendo perdón a
sus seres queridos, en el caso de Hannah ella fue más allá y decidió hacer
partícipes a los culpables de su decisión mediante un método curioso y
particular: cintas de audio. Si, esos obsoletos casetes que todos conocimos
pero que ya son difíciles de conseguir, a través de estas cintas ella nos
hablara y nos narrara que fue lo que paso, que la llevo a quitarse la vida e
incluso de que forma lo hizo.
Debo decir que la historia me gusto, me parece muy
interesante la forma que el autor utiliza para narrarnos los hechos de primera
mano, pero hay ciertos puntos que no me dejaron del todo satisfecha. En primer
lugar, todas las cosas malas que le sucedieron a Hannah tienen que ver con el
sexo, no digo que esto esté mal, pero es que es una ínfima porción de lo que
los adolescentes tienen que enfrentar; me habría gustado que el autor explorara
más temas difíciles como las relaciones entre padres e hijos, bullyng escolar e
incluso drogadicción, y además el final, ¿Qué rayos paso con ese final? Es
demasiado abierto, es demasiado dejado a la interpretación de cada uno e
incluso es apresurado, yo no tengo nada en contra de los finales abiertos pues
considero que bien llevados son un buen recurso para dejar pensando al lector,
pero en este caso no entendí si el fin era crear conciencia en el lector o
simplemente intentar dar un giro dramático. A mi personal punto de vista, esto
afecta una historia que me gustó mucho, que me hizo reflexionar acerca de las
consecuencias que nuestros actos tienen pero que también me hizo enojarme con
Hannah, si, con la “víctima”, por la sencilla razón de que ella siempre
permitió el abuso, jamás dijo nada, prefirió callar y continuar adelante hasta
que se hartó y tiro todo por el excusado, a pesar de que (me imagino) la idea
es compadecernos de ella el autor también logro que me diera cuenta de una gran
verdad: a veces somos las víctimas porque decidimos serlo, nadie nos obliga,
aunque las decisiones de otros influyan al final son las propias las que de
verdad tienen que tener peso o valor alguno y si preferimos darle el poder de
decisión sobre nuestra vida a los demás es que terminamos en casos como el de
Hannah. No pretendo sonar dura ni insensible, comprendo que cada persona es
diferente y hay algunas que no son tan fuertes como otras y algunas que
simplemente no les gusta pelear y prefieren esconderse en su caparazón, el cual
no siempre resulta ser tan fuerte.
¿Ustedes que opinan? ¿Cuál es su postura frente al suicidio? Me encantaría que me contara :D
¡Felices Lecturas!
Hola! Me ha gustado mucho la reseña. De este libro leí el primer capítulo y me enganchó pero era una especie de ''capítulo de regalo'' y por ello, no pude seguir. Y hasta ahora no lo he comprado, pero sí, toca un tema súper sensible como lo es el suicidio.
ResponderEliminarSaludos!