viernes, 11 de noviembre de 2016

Reseña: Grandes Pechos, Amplias Caderas de Mo Yan



¡Hola Tranceros! Ya les prometo que está es la última reseña, al menos de esta semana, pero ya sacando esta me regularizo con todos los pendientes que les debía y podemos continuar felizmente con nuestra programación regular (Lunes de Noticias, miércoles y Viernes de Reseña). Hoy quiero hablarles de un libro que me dejo muy sorprendida y que se ha vuelto de mis favoritos, para ser sincera tenía miedo de que no me gustará o se me hiciera pesado, pero resulto ser una maravilla y un viaje a tierras orientales, acompáñenme a explorar “Grandes Pechos, Amplias Caderas” de Mo Yan


“Grandes Pechos, Amplias Caderas” es una historia cruda que a veces llega a niveles insospechados de crueldad humana tanto así que esta novela llego a ser prohibida en China gracias a la realidad tan dura que mostró. La historia nos lleva por un viaje de más de 800 página que al principio cuesta enganchar, de hecho, hay que poner un poco de fuerza de voluntad para continuar leyéndolo, pero cuando te sumerges de lleno te das cuenta de la grandeza del autor. Seguramente se están preguntando de que habla este libro, podríamos resumirlo en un tema, la opresión y crueldad hacia las mujeres durante tiempos antiguos que se dio en China, relegándolas al nivel de meras sirvientas y contenedores de bebés. Sin embargo, la obra va más allá pues también es una crítica a la sociedad, al gobierno e incluso a las propias mujeres. 


A través de estas páginas vamos a conocer la historia de la familia Shangguan quienes viven en un condado de noreste de China denominado como Gaomi (que, además, es el pueblo natal del escritor) y seguiremos a esta familia desde que inicia la segunda guerra mundial hasta los años 90´s y todo a través de un personaje que será lo más cercano a una protagonista: Madre. Desde el inicio de la historia Mo Yan ya advierte que no será fácil, pues tenemos a Madre (quién de hecho se llama Shangguan Lu) la cual, y en paralelismo con la llegada de los japoneses y el inicio de la Segunda Guerra Mundial, entra en labor de parto de su octavo bebe, la pobre mujer ha tenido solo niñas por lo que es vista, por la familia de su esposo, como nada más que una carga y un mero estorbo que solo trae niñas al mundo para ser más bocas que alimentar. En la cultura china una niña no representa nada para la familia porque ellos sienten que no les pertenece pues al crecer se irá a formar parte de la familia de su esposo y adoptará el apellido de él, por lo que no perpetua el nombre de su familia de nacimiento y solo es una boca que alimentar hasta que se va, por el contrario, los niños representan esperanza para la familia en cuestión pues ellos perpetuaran el linaje y el apellido, además de que verán por sus viejos padres en el futuro. Regresando a la historia, Madre da a luz a dos bebés, una pequeñita sin nombre que solo es referida como Octava Hija y un varón el cual es llamado Jintong, el cual resulta ser un chico obsesionado con los senos femeninos, que se alimenta de leche materna hasta buena parte de la adolescencia y que llega, incluso, a tener pensamientos eróticos con los pechos de sus hermanas, esto es una constante en el libro pues Mo Yan llega al extremo de ridiculizar a los hombres y enaltecer a las mujeres y ponerlos como una dualidad, una suavidad, amor y fortaleza femenina más sosegada y tranquila contra una dureza, virilidad, rudeza y una fortaleza que roza en la brutalidad del lado masculino.


Además de las penurias y desventuras de la familia Shangguan también vamos a ir conociendo más aspectos de la cultura china y de su historia, adelantos tecnológicos, conflictos bélicos (especialmente contra Japón), cambios políticos, cambios en la sociedad, etc. Puede parecer demasiado ambicioso querer contar una historia tan larga y completa en un solo libro, pero créanme que Mo Yan sabe centrarse en lo importante, la historia de la familia, y complementarla con el panorama histórico y el marco cultura en el que los personajes se ven envueltos y que nos ayuda a comprender mejor sus motivaciones y acciones.  No es un libro fácil de leer, es un libro al que hay que ponerle entera atención para comprenderlo en su totalidad, es un libro que requiere conocer un poco de la cultura china (o de las culturas de oriente) para comprender que ellos son totalmente diferentes a nosotros, un lector que sea su primer acercamiento a estas culturas y a un autor asiático quizás considere este libro excesivamente pesado y le cueste comprender los capítulos que contienen cierto realismo mágico (una de las hermanas, creo que la Tercera, es una mujer Hada-Pájaro), no lo recomendaría para primerizos en este ámbito pero si para lectores más sumergidos en el universo oriental y que deseen conocer aún más. 

En resumen, este libro es una novela que merece ser leída, saboreada, pensada y atesorada. Una verdadera obra de arte que nos regalan desde el otro lado del mundo y que es una oda a la mujer, a la fortaleza y abnegación femenina y un relato tan mágico como cruel y realista. ¡Altamente recomendable!




























1 comentario:

  1. Me gusta tu reseña, pero creo que te equivocas cuando dices que Octava Hermana no tiene nombre. Si lo tiene, y es Yunü.

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