¡Hola Tranceros! ¿Ya tienen lista su lectura para este fin
de semana? Si la respuesta es no, pues está reseña espero les anime a apuntarse
este libro, porque es perfecto para saborear con un chocolate caliente, una
mantita y una tranquila tarde de fin de semana. Hablemos de “Bastián, Siempre
Seremos Amigos” de Ramón L. Morales.
“Bastián Siempre Seremos Amigos” comienza contando la
historia de dos pequeños, por un lado tenemos a nuestro narrador, Sebastián (o
Bastián para los amigos) quien comienza narrándonos sus primeros días en la
escuela (creo que es la primaria) y su encuentro con nuestra segunda
protagonista; Alejandra (o Jandy para los amigos), una niña que encuentra
llorando desesperadamente y que termina convenciéndolo de hacer un juramento de
mejores amigos para siempre y por siempre, a partir de este momento ambos
chicos se mantendrán unidos y compartirán una amista que poco a poco comenzará
a madurar en algo más y que explorará el tema de si los chicos y las chicas
pueden ser amigos o inevitablemente el amor termina surgiendo.
Si tuviera que resumir este libro en una palabra sería
nostalgia, toda la atmósfera tiene una carga nostálgica muy fuerte, que se
siente en cada página y en cada palabra, aunque esto puede ser relativo, si un
chico que este, más o menos, en edad secundaria-preparatoria lo lee le parecerá
que un amigo le habla de tú a tú, ya que gran parte de la historia sucede entre
la pubertad y adolescencia del protagonista, pero en mi caso que ya pase esas
épocas, es como recordar viejos tiempos y hasta reírme con algunos momentos que
me recuerdan a mis tiempos escolares (como cuando Bastián describe como se
comía su tortita, haciendo al final una bola rara y comiéndola de la bolsa, yo
hacía lo mismo pero con los chicharrones bien bañados en salsa y limón… que
tiempos es que comía de todo y no engordaba…). A pesar de que la amistad entre
Bastián y Jandy es una parte importante del libro lo cierto es que no todo gira
alrededor de ello, gran parte es Bastián narrándonos sus aventuras
adolescentes, como la primera vez que vio una revista para adultos, las
relaciones que establece con sus amigos, y llega al momento de tocar temas tan
difíciles como la pérdida de un ser querido. Creo que este libro es de esos que
deberían ser leídos por todos los adolescentes (en este caso me enfocaría más
en un público masculino, pero no significa que una chica no pueda disfrutarlo)
pues se encontrarán con una joya que podrá ayudarles, no solo a sobrevivir la
adolescencia, sino a lograr sobrellevar asuntos más adultos y más tristes que
no todos los libros para jóvenes se atreven a tocar.
En resumen, este
libro es una obra que debería ser leída por todos los jóvenes que se enfrentan
a la adolescencia, es una obra llena de momentos bonitos, nostálgicos y que nos
remonta a nuestras épocas de juventud (si ya las pasaron como yo) o que pueden
ser de ayuda si apenas están pasando esa época tan difícil. Una novela llena de
amistad, amor, risas y que nos enseña que la vida se hace de instantes y que
cada uno se atesora en el corazón. ¡Altamente recomendable!
Yo tenía ganas de leer este libro porque me lo topé en la librería por casualidad y me gustó la portada, pero creo que no tengo ganas de leer sobre la transición adolescente-joven adulto :S Digo, cuando ya lo tienes vivido es como... no sé, diferente a como cuando apenas lo vas conociendo xD Me pasaría lo mismo que a ti, entraría en la nostalgia y no tengo muchas ganas de entrar en ella.
ResponderEliminarAsí que gracias por la reseña Annie :D
Un abrazo :3